El especialista Adrián Baró, comenta la poesía de Carlos Alvarado

Con Tinta de Amapolas, (poesía)
Carlos Alvarado
Tucumán, Lucio Piérola Ediciones, 2007

Carlos Alvarado, Château de Maintenon, Rambouillet, Francia


Carlos Alvarado, publica en marzo de 2007, en Tucumán, su provincia, su libro de poemas intitulado Con Tinta de amapolas, Lucio Piérola Ediciones.

Nuestros buenos escritores argentinos se han caracterizado, tradicionalmente, por ese perfil cosmopolita que confiere a sus producciones literarias ciertos rasgos distintivos. Alvarado es parte de ellos, tiene una sólida formación literaria en universidades extranjeras. Fué ex-becario de la Universidad de Montréal, Canadá, en dónde estudió Literatura Comparada. Se graduó con honores en la prestigiosa Universidad Internacional de la Florida, (FIU), Miami, Estados Unidos, especializándose en lengua y literatura francesa. Luego, dado su campo de estudio, se traslada a París, obtiene sus posgrados, en la Sorbona, por la cual es Master en Letras Modernas y ha realizado también allí su formación doctoral, especializándose en el estudio de las Literaturas Francófonas. Tiene poemas premiados en francés, ha escrito dos libros de poemas en ese idioma. Tiene una novela pronta a ser publicada y prepara otra novela que promete dar que hablar, en donde se entremezclan filosofía, psicología e historia en la escenificación de lo femenino. Este poeta ha tomado su palabra y tiene mucho por decir. Sería imposible no encontrar en la poesía de Alvarado ciertos ecos que son propios a la literatura francófona que él estudia. Como otros escritores de habla francesa ha dialogado intimamente con la obra de los grandes poetas galos como Saint-John Perse, Max Jacob y Mallarmé; absorviendo una cierta dosis de melancolía a la lectura ineludible de Proust. Extrañamente, en la obra de Alvarado hay un cierto lirismo heredado de un Romanticismo “que no cesa”, que cohabita con el despojo inquisidor de los poetas contemporáneos. En su labor literaria, hay una aspiración a alcanzar una poderosa síntesis, evocando un clima interior a partir de la mera observación de las simples cosas a la manera de Rilke; y esto se hace visible en varios de sus versos como en “lo nimio: lo perfecto; lo pasajero: lo eterno.” Sus temas principales en esta obra, son el sentimiento del amor; el amor por los ancestros y las tradiciones, desarrollados con una gran habilidad para plasmar los momentos como si de impresiones fotográficas se tratara. Este libro es también, en cierta medida, un homenaje a la mujer; a las madres, a las poetas que nutrieron su paisaje interno como Storni, Mistral, Bunge o Tiberti y a las figuras arquetípicas como la de Maria o la de la pía Verónica.
El poeta se afirma ante todo “tucumano”, y así es su palabra; su decir está cargado con los matíces de su tierra, con cierta forma de expresarse propia a toda la región del noroeste argentino. Indudablemente el poeta no desconoce las obras de los poetas tucumanos Pablo Rojas Paz, Omar Estrella, Ariadna Chávez, y David Lagmanovich, entre otros. Su verso como el de los poetas de su tierra es libre y cuidado, su adjetivación tan austera como certera. El poeta, radicado en Buenos Aires, ha querido publicar por primera vez en su provincia, como si estuviera abriendo una vieja cerradura con esta llave nueva. Enamorado del silencio, va allí a donde emergen los sonidos y la palabra; y con él nos conduce hasta esa zona desértica para mostrarnos el verdero orígen de lo musical. Un libro de gran inspiración para leer y releer, en la calma de la intimidad, para degustarlo en profundidad como si de un dulce extraño se tratara.

Adrián Baró, PhD ©2007
Publicado en: Diario Central de Poesía, San Isidro, Buenos Aires, 2007.

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