Santa Verónica, por Carlos Alvarado

Sobre la Verónica

Más allá de toda significación religiosa, auténtica o apócrifa, la Verónica es para mí un gran símbolo. El de nuestra humanidad, de nuestra impotencia ante la violencia y lo brutal. El encuentro de la pía Verónica con Cristo es un momento de contraste entre nuestro lado oscuro con nuestro lado más brillante, siendo Jesús un instrumento vehiculizante... víctima de la bestialidad humana. Verónica encarna la luz, nuestro mejor lado, nuestra cara divina. Un recuerdo de que Dios también nos habita.
La Verónica es un gesto mínimo sin embargo en exceso reparador y reconfortante ¡Qué importante que sea una mujer la que hace esto! al igual que aquella que al paso de Jesús besa el borde del manto y es sanada y María Magdalena que enjuga los pies de Cristo con sus lágrimas y los seca con sus cabellos... Unos gestos pequeños, suaves, cálidos, reconfortantes, excelsos, humildes... femeninos... divinos.
¡Cuánto puede un pequeño gesto! ¡Qué vivificante, refrescante para el alma del que lo realiza! El valor de la ofrenda.
La Verónica limpia las mancillas que el hombre le inflige al Hijo del Hombre y en este gesto limpia las suyas. Este pequeño gesto de mujer, y cuando digo mujer quiero decir humano de humanos; ella viene a limpiar suavemente las máculas de Cristo hombre.
Dice Thomas Mann en El Elegido que alli donde hay mácula hay nobleza, porque la gente de baja condición no reconoce máculas...
Tal vez aquí también una lección más de Cristo, reconocernos manchados de muchas cosas, inclusive de sangre... y prestar atención pues un pequeño gesto puede redimirnos. Creer en el valor expiatorio de una nimia y excelente acción... “Verónica o el gran poder de un pequeño gesto”...
Siempre que entro por primera vez a una iglesia busco a la sexta, a la Verónica y hasta hoy no he podido encontrar bien plasmado ese momento... creo que fue un momento muy importante... un momento tan divino... un momento tan humano...

De Alvarado, Carlos, Con Tinta de Amapolas, Lucio Piérola Ediciones, Yerba Buena, Tucumán, 2007. p. 80-81.

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