El museo del entorpecimiento, nihilismo




EL MUSEO DEL ENTORPECIMIENTO

La infancia es la época de la magia y del misterio. Y luego, con el ingreso al mundo de los adultos, la superchería reemplaza la magia, el vacío substituye al misterio. Solo el amor y el arte nos dan, todavía, la impresión de traficar con lo desconocido. Progresivamente, dejamos el teatro del éxtasis para instalarnos en el museo del entorpecimiento. En ese museo, por poco que hubiésemos fingido, con suficiente constancia y buena voluntad, jugar a las apariencias, se encuentran siempre algunas buenas almas para felicitarnos de haber soportado hasta ese punto. De todas formas, ya está todo dicho: nosotros éramos los actores de ese drama –y no supimos nada; nosotros éramos los espectadores de esa comedia –y no reímos. Vamos, todavía hay tiempo para volver a ser ese niño que jugaba en la playa.

Por Roland Jaccard, “Notes d’un vieux grincheux”, en Magazine littéraire, hors-série, n°10, oct-nov 2006. Numero dedicado al Nihilismo: “El nihilismo, la tentación de la nada, de Diógenes a Michel Houellebecq”, p. 18.

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