Hiba Aïssa, una poeta de Egipto: Las veladas de la solitaria

Cairo de noche

Una taza de té
con la voz de Nadjet
Observar la calle
y las estrellas fugaces
Es la rutina para un solitario nocturno
Aquí, hay una pequeña tienda
que cierra temprano sus persianas
Una farmacia que no duerme
gente que pasa a través la fatiga
y una muchacha –treintañera– que hunde un sueño en el fondo
de su bolso.

No hay tierra en esta ruta
salvo aquella que deja sobre las aceras la gente
que entra con zapatos con mala cara
y que frota sus suelas antes de subir a acostarse
Los balcones son estrellas
muy apretadas unas contra otras
hay luces auténticas
y reflejos
Hay agujeros de sombra
y mil infiernos
Hay una taza de té
y la voz de Nadjet
que canta: “Te lo juro por nuestra memoria…”
Hay una estrella que cae
tal vez el recuerdo de un hombre
en alguna otra galaxia
que se ha borrado
La noche cree en supersticiones
y la solitaria
cree en la noche.

Hiba Aïssa, una poeta de Egipto, "Les veillées de la solitaire", de la antología Femmes poètes du monde arabe, Maram al-Masri (ed.), París, Le Temps de cerises, 2012.
Traducción: Carlos Alvarado-Larroucau

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