El guijarro tatuado
de Jean Sénac
¿Tu presencia
Hubiera aniquilado el poema?
¿El mundo tanto necesita poemas?
¿No necesita hombres felices?
¿Con una felicidad silenciosa furibunda sin eje?
De tus labios a mis labios
El poema sería sólo una rúbrica
Sin posteridad en el espacio fantástico
El tiempo asombrado
La muerte vencida.
Tú y yo convertidos en vida
Seríamos creación continua.
Ninguna necesidad de huella.
¿Cuerpoemas, qué haríamos de ellos?
Atenas y Jerusalén
Conjugadas (conjuradas)
“A-corpoème”, en Jean Sénac vivant, Saint-Germain-des-Près, 1981.
Traducción: Carlos Alvarado-Larroucau (2013).
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