Toledo. Poemas sobre Toledo

Toledo


Toledo
Cuando llego, digo ¡aquí me quedo!
Toledo
¡Qué embriago!
Un embrujo eterno castellano
derramándose en las venas.

Reconoces, paso a paso, las voces vivas
cosas que dicen y murmuran mujeres
y risas de amantes como golondrinas
chistando en patios y portales.

Un damasquinado encanto te vierte
ungüentos calientes como sangre
y orientales brebajes granadinos

Ante tanta exaltación,
de repente
un río llamado Herida
se escabulle
en un sotuer de gules.

Toledo de fábula
de espadas legendarias
y grimorios extraviados.

Toledo de Reyes
donde ahondando en el ingenio
Ysabel se sintió vacía y necia.

Toledo místico
del pellejo y del carozo
y de los laberintos de los astros.

Toledo heráldico
de águilas bicéfalas
y fieras de fauces abiertas
y calderos abrasados

Toledo de las traducciones
de libros que ya nadie lee
de pergaminos que incendiaron
la ignorancia y la ignominia

Toledo de los escritos enjoyados
y las páginas sahumadas.
Toledo donde mi alma tira el ancla
mi sangre reclama esta tierra como propia
aquí nació todo
algo de mi estirpe
algo que se impone
sangre de Adelantados


Quiero estar en tus terrazas
escuchando océanos de pájaros
mirando ponientes incendiados
cuando el reloj dice la noche
antes de cerrarlos
quiero que se llenen mis ojos
de vivos portentos

Toledo lloro cuando te dejo
temiendo

no volverte a ver.

©Carlos Alvarado-Larroucau, 2016

Comentarios