Era noche
la luna ejercía
influjo y magia
sobre la marea negra de tu pelo
se agitaron mis ojos sin tregua
se lo endilgué a tus dedos trazando el enigma
de la danza; señalando suspiros de guayabas
y los ronroneados
gajos dorados de tu aliento
Tu osadía jadeante y tu discreción de gemas presas
Tu resolución me enjaezó hasta los pliegues de la
boca
Vi la línea de tus palmas y las claves de tu existencia
Las curvas de los cisnes, y el comulgar de la agonía
despertaste triunfante ejecutando una partitura de
estrellas
música y sueño, únicos cantos de Odiseo, el de las
sirenas y el del lamento del Fénix.
Desasosiego nocturno de tu presencia
Preñado de tanto alejamiento
Luna que sabes de estas cosas
Escurre sus mieles y cobíjame bajo tus hojas…
© Carlos Alvarado-Larroucau, 4/10/2017, SMT
Exelente carlos una obra en si misma
ResponderEliminar